Inmunidad
Hasta el siglo XX, el
conocimiento del sistema inmunológico era limitado. Primero se conoció la
producción de anticuerpos en respuesta a la infección o a la inmunización.
Durante la década de 1930, el inmunólogo Karl Landsteiner demostró la gran
especificidad de las reacciones de los anticuerpos. Los científicos también
descubrieron que existían varias clases de anticuerpos. En particular, se puso
de manifiesto la relación entre la llamada inmunoglobulina E y la alergia, y en
la década de 1950 se precisó la estructura de un tipo de inmunoglobulina.
Se descubrió que el sistema
inmune era el causante de la enfermedad por incompatibilidad del factor Rh, y
responsable del fracaso de los trasplantes de órganos. Esto llevó al desarrollo
de un antisuero que era eficaz para eliminar la enfermedad por incompatibilidad
del factor Rh y al empleo de fármacos que inhabilitan de forma temporal al
sistema inmunológico y permitían el trasplante de órganos, en especial de los
riñones. Se encontró que la formación de anticuerpos era la causa de la alta
mortalidad que producían las transfusiones de sangre, y la clasificación de la
sangre según su especificidad inmunológica ha hecho de la transfusión una
práctica segura y extendida.
En la última parte del siglo
XX, los científicos descubrieron un área diferente del sistema inmune, el
denominado sistema inmunológico celular, cuyo protagonista es el linfocito.
Estos descubrimientos permiten la comprensión de muchas enfermedades debidas a
defectos hereditarios de una o más subclases de linfocitos. Los intentos para
corregir estas deficiencias se centran en inyectar al paciente células
sanguíneas procedentes de la médula de un familiar cercano y sano. Las
investigaciones actuales se centran en identificar las hormonas que provocan que
los linfocitos del embrión se hagan funcionales.
Técnicas
diagnósticas
Durante la segunda mitad del
siglo XX, se han desarrollado nuevos y mejores métodos para observar el
interior del cuerpo humano. Los rayos gamma ponen de manifiesto ciertos iones
radiactivos que marcan sustancias que reaccionan con células cancerosas. La
tomografía axial computerizada (TAC) utiliza rayos X para producir imágenes
tridimensionales de las estructuras corporales. La resonancia magnética nuclear
(RNM) produce imágenes detalladas sin necesidad de utilizar rayos X. La
tomografía de emisión de positrones (TEP) permite detectar estados precoces de
enfermedad. La ecografía utiliza ondas de alta frecuencia para diagnosticar
enfermedades y para realizar el seguimiento de los embarazos.
Enfermedad
mental
A comienzos del siglo XX, la
enfermedad mental seguía considerándose como sinónimo de locura; los enfermos
mentales eran sometidos a un confinamiento cruel en el que recibían escasa
ayuda. El tratamiento eficaz de algunos de los trastornos mentales ha mejorado
mucho su pronóstico y ha eliminado en parte su estigma.
Las teorías postuladas por
Sigmund Freud fueron uno de los primeros intentos de comprender el mal
funcionamiento de la mente, pero los métodos del psicoanálisis, propuestos por
Freud y modificados por sus seguidores, no son eficaces en el tratamiento de
algunas psicosis graves.
Dos intentos precoces para
el tratamiento de los procesos psicóticos fueron la leucotomía, también
denominada lobotomía, introducida en 1935, y el electrochoque o terapia
electroconvulsionante, ideada en 1938. La leucotomía y otras formas menos
graves de psicocirugía se emplean de forma puntual en la actualidad, y el
electrochoque se emplea para el tratamiento de la enfermedad depresiva grave
cuando han fracasado otros tratamientos farmacológicos.
La introducción de fármacos
fue uno de los mayores progresos en el tratamiento de estas enfermedades. Los
primeros, las fenotiacinas, se comenzaron a emplear a principios de la década
de 1950 para tratar la esquizofrenia, y han demostrado ser muy eficaces en el
tratamiento de los síntomas de muchos pacientes con esquizofrenia aguda. Sin
embargo, el entusiasmo inicial, que llevó a pensar que los hospitales mentales
se podrían cerrar, fue sólo una ilusión. Los médicos se están dando cuenta de
que a algunos de estos pacientes que no mejoran con fármacos, en cualquier caso
se les debe proporcionar ayuda psicológica. También se ha encontrado que
algunas personas tratadas con fenotiacinas durante muchos años desarrollan un
trastorno neuromuscular complejo denominado disquinesia tardía. Otro importante
avance en la farmacología de las enfermedades mentales ha sido el uso del litio
para tratar la enfermedad maníaco-depresiva. Otros fármacos, como los
antidepresivos tricíclicos, son muy útiles en la actualidad y se emplean con
éxito en el tratamiento de la depresión.
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