domingo, 20 de septiembre de 2015

Actividades a finales del siglo XVIII

De vital importancia fueron los trabajos del médico británico William Smellie, en el siglo XVIII, cuyas innovaciones en obstetricia rompieron el monopolio de las matronas; así como los del anatomista y obstetra William Hunter, hermano del famoso anatomista y cirujano británico John Hunter, que trabajó con él. William Hunter revitalizó el estudio de la anatomía en Inglaterra y, basándose en el trabajo de Smellie, estableció la obstetricia como una rama separada de la medicina.
Entre las contribuciones de este periodo destacan el establecimiento de la patología por el anatomista y patólogo italiano Giambattista Morgagni; los estudios de fisiología experimental del naturista y biólogo italiano Lazzaro Spallanzani, quien refutó la doctrina de la generación espontánea; la investigación en fisiología neuromuscular del científico suizo Albrecht von Haller y los estudios de la tensión arterial del botánico, químico y fisiólogo británico Stephen Hales. En botánica destacan los trabajos del taxónomo botánico sueco Carl von Linneo, que estableció el sistema binomial (con dos términos) moderno de nomenclatura referente a la clasificación, y el del médico y botánico William Withering, que introdujo el fármaco digitalina.
John Hunter realizó importantes progresos en cirugía; el médico británico James Lind trató el escorbuto y para ello combatió el déficit de vitamina C que causaba la enfermedad con la bebida del zumo de limón. El reformador social británico John Howard fomentó el tratamiento de los internos en los hospitales y cárceles de toda Europa. En 1796 el médico británico Edward Jenner descubrió el principio de la vacunación como medida preventiva frente a la viruela. Su contribución posibilitó el control de esta temida enfermedad y estableció la ciencia de la inmunización.

MEDICINA EN EL SIGLO XIX

Muchos de los descubrimientos realizados en el siglo XIX hicieron posible los importantes avances en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y de los métodos quirúrgicos. El médico austriaco Leopold Auenbrugger contribuyó al desarrollo de los procedimientos diagnósticos de las enfermedades torácicas en el siglo XVIII; para ello, utilizó el método de la percusión, descrito por primera vez en 1761. Su trabajo, sin embargo, fue ignorado hasta 1808 cuando se publicó una traducción francesa por el médico personal de Napoleón. Hacia 1819, el médico francés René Théophile Hyacinthe Laënnec inventó el fonendoscopio, todavía hoy el instrumento más usado por los médicos. Numerosos clínicos británicos importantes asimilaron los nuevos métodos de diagnóstico de enfermedades; como resultado, sus nombres se convirtieron en familiares para la identificación de determinadas enfermedades. El médico Thomas Addison descubrió el trastorno de las glándulas suprarrenales conocido como enfermedad de Addison; Richard Bright diagnosticó la nefritis o enfermedad de Bright; Tomas Hodgkin describió una enfermedad maligna del sistema linfático conocida por enfermedad de Hodgkin; el cirujano y paleontólogo James Parkinson describió la enfermedad crónica del sistema nervioso denominada enfermedad de Parkinson; y el médico irlandés Robert James Graves diagnosticó el bocio exoftálmico, tóxico, también denominado enfermedad de Graves.


Descubrimientos europeos

La medicina está en deuda con las universidades alemanas y los descubrimientos científicos que desterraron las reminiscencias que aún persistían de la teoría tradicional de los humores. De importancia fundamental fue el desarrollo, por parte del botánico alemán Matthias Jakob Schleiden, de la teoría celular del desarrollo embrionario que abrió camino para el estudio microscópico de los tejidos enfermos (véase Embriología). El anatomista y fisiólogo alemán Theodor Schwann aplicó más tarde las teorías celulares de Schleiden a la evolución de la vida animal. El trabajo del anatomista y fisiólogo Marie François Xavier Bichat en el estudio sistemático de los tejidos humanos fue la piedra angular de la histología. El patólogo y médico austriaco barón Karl von Rokitansky, que realizó más de 30.000 autopsias, fue el primero en detectar el origen bacteriano de la endocarditis. Otros fundadores de la patología microscópica fueron Theodor Schwann, el fisiólogo y neurólogo alemán Robert Remak, el fisiólogo checo Jan Evangelista Purkinje, el anatomista y fisiólogo suizo Rudolf Albert von Koliker y el patólogo y anatomista alemán Friedrich Gustav Jacob Henle. En Alemania, el biólogo estoniano Karl Ernst von Baer realizó una investigación pionera en embriología con el descubrimiento del óvulo humano y el fisiólogo alemán Johannes Peter Müller introdujo el concepto de la energía específica de los nervios. La culminación de esta extraordinaria serie de investigaciones se recoge en el trabajo del patólogo alemán Rudolf Virchow, cuya doctrina sobre la célula como asiento de la enfermedad es considerada la teoría fundamental de la ciencia médica moderna.







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