Actividades
a finales del siglo XVIII
De vital importancia fueron
los trabajos del médico británico William Smellie, en el siglo XVIII, cuyas
innovaciones en obstetricia rompieron el monopolio de las matronas; así como
los del anatomista y obstetra William Hunter, hermano del famoso anatomista y
cirujano británico John Hunter, que trabajó con él. William Hunter revitalizó
el estudio de la anatomía en Inglaterra y, basándose en el trabajo de Smellie,
estableció la obstetricia como una rama separada de la medicina.
Entre las contribuciones de
este periodo destacan el establecimiento de la patología por el anatomista y
patólogo italiano Giambattista Morgagni; los estudios de fisiología
experimental del naturista y biólogo italiano Lazzaro Spallanzani, quien refutó
la doctrina de la generación espontánea; la investigación en fisiología
neuromuscular del científico suizo Albrecht von Haller y los estudios de la
tensión arterial del botánico, químico y fisiólogo británico Stephen Hales. En
botánica destacan los trabajos del taxónomo botánico sueco Carl von Linneo, que
estableció el sistema binomial (con dos términos) moderno de nomenclatura
referente a la clasificación, y el del médico y botánico William Withering, que
introdujo el fármaco digitalina.
John Hunter realizó
importantes progresos en cirugía; el médico británico James Lind trató el
escorbuto y para ello combatió el déficit de vitamina C que causaba la
enfermedad con la bebida del zumo de limón. El reformador social británico John
Howard fomentó el tratamiento de los internos en los hospitales y cárceles de
toda Europa. En 1796 el médico británico Edward Jenner descubrió el principio
de la vacunación como medida preventiva frente a la viruela. Su contribución
posibilitó el control de esta temida enfermedad y estableció la ciencia de la
inmunización.
MEDICINA
EN EL SIGLO XIX
Muchos de los
descubrimientos realizados en el siglo XIX hicieron posible los importantes
avances en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y de los métodos
quirúrgicos. El médico austriaco Leopold Auenbrugger contribuyó al desarrollo
de los procedimientos diagnósticos de las enfermedades torácicas en el siglo
XVIII; para ello, utilizó el método de la percusión, descrito por primera vez
en 1761. Su trabajo, sin embargo, fue ignorado hasta 1808 cuando se publicó una
traducción francesa por el médico personal de Napoleón. Hacia 1819, el médico
francés René Théophile Hyacinthe Laënnec inventó el fonendoscopio, todavía hoy
el instrumento más usado por los médicos. Numerosos clínicos británicos
importantes asimilaron los nuevos métodos de diagnóstico de enfermedades; como
resultado, sus nombres se convirtieron en familiares para la identificación de
determinadas enfermedades. El médico Thomas Addison descubrió el trastorno de
las glándulas suprarrenales conocido como enfermedad de Addison; Richard Bright
diagnosticó la nefritis o enfermedad de Bright; Tomas Hodgkin describió una
enfermedad maligna del sistema linfático conocida por enfermedad de Hodgkin; el
cirujano y paleontólogo James Parkinson describió la enfermedad crónica del
sistema nervioso denominada enfermedad de Parkinson; y el médico irlandés
Robert James Graves diagnosticó el bocio exoftálmico, tóxico, también
denominado enfermedad de Graves.
Descubrimientos
europeos
La medicina está en deuda
con las universidades alemanas y los descubrimientos científicos que
desterraron las reminiscencias que aún persistían de la teoría tradicional de
los humores. De importancia fundamental fue el desarrollo, por parte del
botánico alemán Matthias Jakob Schleiden, de la teoría celular del desarrollo
embrionario que abrió camino para el estudio microscópico de los tejidos
enfermos (véase Embriología). El anatomista y fisiólogo alemán Theodor Schwann
aplicó más tarde las teorías celulares de Schleiden a la evolución de la vida
animal. El trabajo del anatomista y fisiólogo Marie François Xavier Bichat en
el estudio sistemático de los tejidos humanos fue la piedra angular de la
histología. El patólogo y médico austriaco barón Karl von Rokitansky, que
realizó más de 30.000 autopsias, fue el primero en detectar el origen
bacteriano de la endocarditis. Otros fundadores de la patología microscópica
fueron Theodor Schwann, el fisiólogo y neurólogo alemán Robert Remak, el
fisiólogo checo Jan Evangelista Purkinje, el anatomista y fisiólogo suizo
Rudolf Albert von Koliker y el patólogo y anatomista alemán Friedrich Gustav
Jacob Henle. En Alemania, el biólogo estoniano Karl Ernst von Baer realizó una
investigación pionera en embriología con el descubrimiento del óvulo humano y
el fisiólogo alemán Johannes Peter Müller introdujo el concepto de la energía
específica de los nervios. La culminación de esta extraordinaria serie de
investigaciones se recoge en el trabajo del patólogo alemán Rudolf Virchow, cuya
doctrina sobre la célula como asiento de la enfermedad es considerada la teoría
fundamental de la ciencia médica moderna.
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